El cantante, cuyo nombre real era Marvin Lee Aday, siempre será recordado por el disco de 1977 ‘Bat Out Of Hell’, el cuarto más vendido de la historia

Con su aspecto a la vez aterrador y tierno, con una de las voces más potentes del rock y con uno de los discos más vendidos de la historia. La imponente presencia de Meat Loaf se ha derrumbado definitivamente. En octubre de 2021, el cantante estadounidense afirmaba, en una entrevista con la web Ultimate Classic Rock, que estaba “lleno de proyectos y preparando un disco para 2022”. Pero no ha podido ser. “Sabemos cuánto significó para muchos y realmente apreciamos todo el amor y el apoyo en este momento de dolor por la pérdida de un artista tan inspirador y un hombre tan maravilloso”, ha dicho la familia de Meat Loaf en un comunicado que no especifica la causa de su muerte. “Desde su corazón hasta vuestras almas… ¡nunca dejéis de rockear!”, se añade en el escrito. Su nombre real era Marvin Lee Aday y había nacido hacía 74 años en Dallas, Texas.

En seis décadas, Loaf vendió unos 100 millones de álbumes en todo el mundo y apareció en unas 50 películas, entre ellas El club de la lucha, The Rocky Horror Picture Show o Wayne’s World: ¡Qué desparrame!. Pero Meat Loaf siempre será recordado por su álbum de debut, Bat Out of Hell, publicado en 1977 y que se encuentra en el puesto número cuatro de la lista de los más vendidos (el primero es Thriller, de Michael Jackson) con 45 millones de unidades despachadas. Este trabajo está compuesto y producido junto a Jim Steinman, fallecido el 19 de abril de 2021. A este disco le siguieron las secuelas Bat Out of Hell II: Back into Hell (1993) y Bat Out of Hell III: The Monster Is Loose (2006). Se trata de la trilogía que más discos ha vendido en el rock.

“No soy una estrella del rock”, decía en cada entrevista el cantante. Pero sí lo fue, aunque bastante atípica. Exhibía una envergadura considerable, alejada de los estilizados cuerpos de rockeros como David Bowie o Mick Jagger. Su apodo (Meat Loaf, Trozo de carne, o Pastel de carne) se lo puso uno de sus profesores de deporte cuando ya vivía en Los Ángeles. Además, su potente voz, casi operística, no casaba con los tonos agresivos y chulescos que se estilaban en el rock de los setenta.

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